
Disponemos de una memoria olfativa, a pesar de que el olfato es el sentido más ignorado, es con el que se obtienen más recuerdos, es decir, se activa un interruptor personal, con ello, un olor puede ser relacionado con vivencias pasadas.
La cuestión del olor corporal varia en función del sexo, la edad, la raza, el estado de ánimo, los alimentos ingeridos y salud.
Así pues, estamos constantemente impregnados de aromas por todo nuestro cuerpo: en los cabellos (con champú), nuestros dientes (pasta de dientes) y el olor corporal. Tal y como hemos visto, nos podríamos plantear si el hecho de eliminar nuestros olores, sobretodo los que emitimos de forma natural, sería una supresión de nuestra identidad o solo es algo irrelevante en lo que configura nuestro ser.
Pienso que hay que respetar todas las razas y culturas, sin embargo, a la hora de desenvolverse en un ámbito público como pueda ser una visita al médico (ejemplo comentado en clase), todos deberíamos compartir una higiene mínima...por respeto al que está trabajando.
ResponderEliminarAlicia
Carla Olaso
ResponderEliminarFue muy gracioso cuando salieron dos voluntarias y dijeron que una zapatilla olía a perfume y luego cuando vieron lo que era realmente les dio mala impresión y dieron un paso atrás. Fue anecdótico.
Carla Olaso
Yo siempre he sido un poco maniática para el olor. He tratado de no desvelar nunca la marca de mi perfume porque, involuntariamente, me molesta muchísimo que alguien cercano a mí huela casi igual que yo. Creo que cada uno tiene su propia identidad y, con ella, debería tener su propio olor.
ResponderEliminarOs contaré un ejemplo (un poco en plan anécdota) referente a la memoria olfativa. Una noche tenía una fiesta de cumpleaños, a la que al final no pude asistir. Al día siguiente me sorprendí cuando me llegó un mensaje de un amigo que me decía que por qué no me había dejado ver la noche anterior. Cuando le dije que no había ido me dijo "Pues yo no te ví, pero te olí." Resulta que una de mis amigas llevaba esa noche el perfume que uso normalmente.
Me fascina la forma en la que un olor nos define y nos caracteriza, así como el hecho de que podamos reconocer a las personas con tan solo oliéndolas. Por eso, creo que no deberíamos arrebatar a alguien ese olor suyo, siempre y cuando caiga dentro de la higiene personal y pública.
Mónica Villalba Asensio.