A lo largo de nuestra historia, la enseñanza se ha adaptado a los cambios sociológicos, de manera que la forma de instruir presente ventajas o inconvenientes, según nuestro punto de vista. La diferencia fundamental se encuentra en la figura del maestro y la actitud de los padres del alumno. Antes, el profesor representaba la autoridad y cualquier alumno que incumpliese las normas, sería castigado. En este caso, los padres apelaban a la ineptitud de su hijo por no cumplir las expectativas. Hoy en día, si el alumno no procesa adecuadamente lo que se explica, es por culpa del profesor. Es decir, tanto los alumnos como los padres han perdido el respeto hacia la figura del funcionario.
Otra característica de la enseñanza de antaño es la introducción de ciertos elementos para reducir la capacidad de elegir su propias creencias e inculcarles las que rigen en el gobierno vigente. Tales como los signos religiosos (la cruz), políticos (foto de Franco) o de ideología (uniformes con tonos oscuros). Estos últimos fomentan la diferenciación entre hombres y mujeres a la vez que reduce su creatividad para que acepten sin regañadientes los trabajos que les están asignados.
Por otra parte, los materiales actuales y los que se usaban antes son muy diferentes, ya que nosotros nos apoyamos en las nuevas tecnologías para mejorar o incluso agilizar la enseñanza, mientras que en las escuelas de antes se apoyaban con láminas y mapas, asientos y material escolar, escaso y anticuado.

Yo solo puedo contar unos pocos profesores que no eran tan buenos o incluso malos. Pero puedo decir que muchos, muchos eran muy buenos.
ResponderEliminarMe quedo con los buenos.
Elisa da Silveira
En mi caso, los primeros tres años de colegio los cursé en Rumanía y puedo decir que la educación que recibía allí se parecía más al de los años 60 que a la época actual. Teníamos una cruz en la pared y una bandera en la otra, cuando entrábamos a clase aunque no recuerdo si era todos los días o uno en especial cantábamos el himno, la profesora que tuve esos años era muy estricta, podríamos decir que hasta me marcó, si no te portabas bien usaba los típicos castigos que se han nombrado en la presentación; el de pegar con la regla, recuerdo como nos cogía de la mejilla hasta dejarlas roojas, a las chicas nos cogía de la coleta etc. Y todo lo que estoy contando es del año 2000, en fin imaginaos el cambio que experimenté al llegar a España, un cambio agradable desde luego, me adapté enseguida.
ResponderEliminarYo pienso que un buen profesor no es aquél que más cosas sabe, sino el que te motiva y te hace sentir curiosidad por lo que él explica. Personalmente, puedo decir que yo he encontrado profesores así. Gracias a ellos he llegado a la conclusión de que al estudiar o leer puedes llegar a conocer cosas muy curiosas e inquietantes, que te pueden enriquecer académicamente y como persona.
ResponderEliminarCreo que mucha gente no es consciente del gran papel que juega el profesorado en la sociedad. Ellos enseñan a unos niños que son el futuro, pero ésto muchas personas no lo ven. Por eso,se ha perdido el respeto hacia los docentes.
Elisa Pavia Mollà